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dissabte, 13 de juliol del 2024

CARTA AL "GEFE"

 
Tengo un amigo, muy amigo, que curiosamente un día se autodenominó “GEFE”. Es alguien que tiene a su cargo varios trabajadores en la empresa de la que es propietario  y además, por aquel entonces, ejercía en labores de coordinación de un grupo de profesionales en un club deportivo. Era “el Jefe”. Pero a él le gustaba cambiar la primera consonante para proclamar que no era un Jefe, al mando de un grupo de personas en uno u otro lugar, sino un “GEFE”: Generador de Felicidad.

Esa era su teoría. Sigue siéndolo de hecho, porque según decía lo que hacía no era mandar, sino proporcionarles las herramientas y los espacios para que fuesen felices. Después, con el tiempo y la perspectiva correcta entiendes que era cierto, porque con una leve dosis de extrapolación los entrenadores podemos llegar a ser “GEFE”, si somos capaces de liderar por convicción y no por posición, con devoción y emoción, aplicando toda la pasión que los que trabajan contigo necesitan notar y contagiando por acción a aquellos que quieran enfermar, eso si, aséptico para aquellos que no.

No es fácil saber si has alcanzado el estatus de “GEFE” aunque uno pueda creer que es así. Será necesario que aquellos a los que supuestamente les generas esa felicidad te hagan saber que lo has logrado y tratándose del público que se trata, más difícil resulta aun. Tengo que decir que a mí me ha llegado la señal.

No hace demasiado, justo después de terminar la temporada, recibí de parte de un jugador una carta de agradecimiento. En ella, después de recordar cómo fue el primer contacto, la primera impresión que se llevó de mi y de desgranar con más o menos detalle toda la trayectoria en la que hemos estado trabajando juntos, se centra en un capítulo muy importante para todos los que formaban parte de aquel equipo, asegurando que podría escribir un libro solo de aquel fin de semana con la emocionante sensación que supuso el final. Añade más adelante el motivo que le ha llevado a escribir el texto de más de 1.500 palabras

No… el motivo, igual que el cuerpo de la carta, me lo quedo para mí. Primero porque, como a todos, le respeto mucho, segundo porque no hay un rincón en esa carta que no merezca ser leído varias veces cada vez que decides leerla y tercero porque no es para nada habitual que alguien de esa edad te haga saber lo que piensa de ti y si es bueno, menos todavía. Pero lo que si dice es. “Has fet feliç a tota una generació d’amics, gràcies a un esport”

Seguramente no soy un GEFE todavía, o sí. Tal vez sin saberlo he contribuido directa o indirectamente, de forma activa o sin querer a que algunos de los jugadores con los que tengo el placer de haber trabajado y aquellos con los que todavía sigo haciéndolo, sientan cierta “felicidad” cuando comparto todo lo que sé, sin filtros y sin reservas, con ellos.