Cuarta jornada de campus. Una nueva sesión de
mejora técnica, con la misma estructura que en los días anteriores, se iniciaba
a las 9’00 de la mañana en el polideportivo. Las piernas de los jugadores
empezaban a estar cargadas, prácticamente al mismo nivel que los dedos y los
brazos del “físio”. (Por cierto, fantásticas manos la suyas. Un pase por
camilla para tratarme espalda y piernas resultó definitivo para mantenerme
entero físicamente). Sin embargo la mente de la mayoría de ellos seguía muy
abierta de cara a absorber baloncesto. Algunos, inevitablemente, empezaron a
caer aunque eran pocos.
El trabajo de parada para la recepción y
posterior arrancada para construir la posición de tiro o penetración, fue el
tema a tratar en esta sesión. Ramón Cubells junto a David Hernández trabajarían
con la mitad del subgrupo que empezaría en el pabellón y Alberto y yo el otro.
Una especial incidencia en la elección del primer pie de parada y, sobre todo,
evitar la posterior arrancada en pasos llevó un tiempo, pero la ética de
trabajo de la que ya he hablado antes, hizo posible sacar la sesión con éxito
aunque moderado. Luego, cambio de subgrupo por el que llegó del gimnasio y
vuelta a empezar.
Por la tarde, la última jornada de la liga
debía servir para colocar a los equipos
en su posición definitiva para los cruces, pero el equipo verde (Ramón)
era ya primero y el azul (Alberto) último. El partido entre blancos (David) y
rojos (yo) decidiría la posición final pero tampoco cambiaría el cruce, con lo
que se repetiría el partido en la mañana siguiente. El equipo entrenado por Ramón, físicamente un
punto por encima del resto, no dio opción a la sorpresa. Respecto al partido
entre blancos y rojos, se decidió por
una diferencia en el marcador que no es real, a favor de los rojos. En 12 horas
iban a ser más serios.
Después de la jornada, ducha y salida a
cenar. Alberto y yo tuvimos la suerte de compartir manteles con Natxo Lezcano y
Kevin McDonald. Fantásticas personas ambas. Uno porque a pesar de ser joven y
tener una ya gran experiencia en la élite del baloncesto internacional (ex
ayudante de Dusko Ivanovic en Baskona, entrenador del Palencia Leb Oro y
seleccionador de Costa de Marfil en el último Afrobásquet que se celebró en
Madagascar y que daba acceso directo a los Juegos Olímpicos de Londres) se
mostró como una persona muy cercana, lejos del divinismo que alguno de su
condición esgrimen cuando tratan con “menores”. El otro, Kevin, jamaicano
afincado en las Vegas, porque con su excelsa educación, hizo que la idea que yo
tenia respecto a la prepotencia que pasean sus patriotas es una generalización
equivocada e injusta.
Jornada completa, “jornada comansi” (que
diría Koldo). Ahora descansar. Mañana promete muchas emociones.
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