Hoy la he guardado. Como cada verano, no sé si volveré a sacarla de su envoltorio, bien porque la cambiaré (me apetece una de estas personalizadas) bien porque no tendré que usarla. Ahora son momentos de cambio. La norma no se sucede año tras año sin más. Se erosiona y cambia su forma. Esta época del año tiene esto, no sabes que te encontraras cuando vuelvas, si es que vuelves. Me voy de vacaciones sin proyecto (no es una queja, es un hecho) pero…
Ahora lo que toca es cambiar el chándal por un bañador, las pistas por las playas, el balón por una caña de cerveza y el bloc de entrenamientos por un libro. Aunque lo más difícil es vaciar la cabeza. Un conocido exjugador me dijo un día conversando a manteles “… los entrenadores lo sois para siempre y durante todo el tiempo…” y realmente tengo que reconocer que es cierto. Veremos que nos traerá el futuro.
Lo que está claro es que “el tiempo es demasiado valioso como para emplearlo allí donde nunca se va a llegar” (psicobasket CXLVI), por lo tanto miremos hacia delante y que este no se escurra entre los dedos. Trataré de vivirlo lo más intensamente posible. Atendiendo a algunos compromisos propios del verano (despedidas, bodas y otras reuniones) pero disfrutándolo con los míos.
El baloncesto siempre estará ahí y, quién sabe… Si tengo que correr para coger ese tren lo haré. Si me pasa por detrás, simplemente no lo veré.
Respecto a este, mi blog, mi válvula de escape, la víctima de mi inspiración, también estará en “holidays mode” (me encantó el comentario feisbuquero de un jugador), a no ser, claro, que me asalten unas ganas locas de escribir o de dar muestras de que sigo teniendo pulsaciones.
Feliz verano a todos. Hasta dentro de un mes.
Jo..., me entero que tienes un blog, cuando se va a cerrar... :(
ResponEliminaQué pena! he leido alguna publicación anterior y me gusta como escribes... NO lo dejes!
Animo! qué tu vales mucho!
Un abrazo,
MariCarmen