No tiene importancia el marcador. Además no es real el final. Lo que estábamos esperando por fin se ha visto en la pista de baloncesto. Ya era hora que los jugadores se dedicaran a, simplemente, jugar a baloncesto sin especular, sin pensar en las repercusiones de fallar o meter en una posesión y sobre todo, disfrutar de jugar, con la dosis justa de anarquía en el juego de ataque y siendo muy consistentes en la defensa de la línea de pase.
Las cinco primeras canastas han sido una para cada uno de los integrantes del equipo, lo que da una idea del juego colectivo que se ha desarrollado. Lo mejor sin duda el desmelene de Calderón y la llegada de Ibaka. El único “pero” que podríamos poner es que la rotación ha sido corta, habida cuenta de cómo se ha desarrollado el partido.
Como entrenador puedo decir sobre esto, que en ocasiones gozar con el juego de tu equipo, te reprime a mover piezas que están perfectamente engranadas. No por miedo a perder, sino por miedo a dejar de deleitarte la vista con el juego de tu equipo. Hoy ha sido uno de esos días. Ya tocaba.
En un momento de la transmisión, Ramón Trecet (Que dicho sea de paso, no se sabe del todo bien el reglamento, le he oído alguna barbaridad ya) ha comentado “…nosotros no tenemos porque seguir corriendo…”. Desde el interior del Cido Arena en Panevezys me debe haber oído gritar !!!Calla, no vaya a ser que te oigan¡¡¡ ¿Porqué cambiar? No debe animarse a especular. Lo que funciona, funciona. Cambia cuando deje de hacerlo.
Ahora queda, además de poner los pies en el suelo, esperar que el primer puesto en el grupo no haga perder la óptica de lo que necesita hacer el equipo para ganar, que no es otra que no pensar en ello y sí en pasarlo bien en cada posesión divirtiéndose en la pista.

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