BÀSQUET

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dimecres, 21 de desembre del 2011

DESCANSO NAVIDEÑO

Se acercan las fechas en las que, las distintas competiciones federativas, toman un descanso en la actividad deportiva a nivel de competición, para poder pasar unos días con la familia y poder aparcar, durante este corto espacio de tiempo la rigidez de horarios, dietas y actividad física en algunos casos y además, en otros, poder volver a sus países o ciudades de origen por unos dias y con ello poder desconectar. Son dos semanas que coinciden con los períodos de descanso en los colegios, o al menos debería coincidir ya que, el espíritu del descanso en estas fiestas, es poder estar con los hijos, sin olvidar al resto de familia, pero principalmente con los hijos.

Simplemente leyendo las palabras en negrita y cursiva, se puede adivinar en que consiste. Aun así y seguramente por miedo al que dirán, hay entrenadores que no lo conceden y a pesar que también tienen familia y necesidad de parar y descansar, desoyen los gritos sordos que su equipo y los familiares de los individuos de este les lanza, organizando para este período actividades varias, eso sí, en coordinación con lo que les interesa.

¿Qué es lo correcto? Lo correcto es escuchar al equipo y atender, no a lo que dicen los/las jugadores/as mediante el habla, sino lo que dicen sus piernas, lo que dicen sus caras y sus hombros. Atendiendo a eso, hay suficiente. El tono físico, el ritmo y el porcentaje son recuperables. La mentalización, la concentración y la predisposición al esfuerzo son facetas necesarias para el buen funcionamiento del equipo, en todos sus individuos y sin un equilibrio entre los aspectos A y los B no hay rendimiento óptimo. Los A se adquieren con el trabajo, los B con descanso. Y desgraciadamente este trabajo, el entrenamiento que no se ve, esta infravalorado. En ocasiones incluso criticado, pero siempre por personas ajenas a la pista.

En los equipos de formación es distinto. Aunque el fin sea el mismo, los necesitados son otros: Los padres.
Teniendo en cuenta que a los/as jugadores/as de formación lo mismo le da ocho que ochenta, a quien hay que tener en cuenta en el descanso navideño y en otros que hay a lo largo de la temporada es a los que les acompañan a los entrenamientos y les recogen al terminar; a los que les llevan a los partidos lejos de la ciudad donde se vive, a las 8 de la mañana en domingo, simplemente para ver jugar a su hijo/a. A veces para  “no ver” jugar a su hijo/a y todo ello compatibilizándolo con horarios de trabajo. Los padres, que participan de esto pero sin uno solo de los aspectos que hemos mencionado anteriormente, merecen un descanso.


El equilibrio entre descanso y trabajo, tiempo para desconexión y conexión y el trabajo a realizar antes de parar y de nuevo al reiniciar los entrenamientos, adquiere una gran importancia y marcará el rendimiento a medio plazo. Si no ha habido descanso suficiente, el trabajo que se realice pierde toda la importancia ya que seguramente, de lo que sea que hagamos, no obtendremos el rendimiento deseado.

A nivel de planificación, desde un punto de vista físico, lo interesante es que justo antes de parar, el grupo vaya marcando un claro descenso en la curva del rendimiento, pudiendo contar en la mayoría de casos, que cuando se reinicie la actividad se vean los resultados a corto plazo. Para ello, hay que tener previsto el descanso durante la temporada. La improvisación no es buena compañera.

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