Hoy había una división del grupo en dos
subgrupos. Uno de ellos trabajaría en el gimnasio con el preparador físico,
mientras el otro lo haría en pista con el grupo de entrenadores, al que se ha
añadido Ramón, experto en básquet de formación. Finalizada la sesión, un cambio
de recinto haría que, los que vinieran del gimnasio trabajaran en primera
instancia, la transición optima del gimnasio a la pista. La información al
respecto de lo que se había trabajado en esta con el primer grupo, cambiaba los
parámetros para el “prepa” al llevárselos a sala de musculación.
El objetivo para esta nueva sesión,
recordatorio sobre lo trabajado ayer, para intentar instaurarlo con más fuerza,
trabajar con un poco más de dedicación en las finalizaciones después de fabricar
la posición y para terminar, empezar, aunque de forma fraccionada, el trabajo
de juego sin balón y por espacios, creando espacios para ocuparlos, trabajo
que, no sin costar, ha dado sus frutos en la jornada de competición de la
tarde. Para el segundo grupo, antes de todo ello transición y el trabajo de la
primera sesión. Lógicamente, en el segundo grupo, la asimilación de los
conceptos de juego sin balón han costado más, pero lo que no ha cambiado en
ninguno de los grupos ha sido la ética de trabajo y la actitud en la mayoría de
jugadores.
Empiezan a surgir las primeras
inestabilidades de jugadores que, a pesar de su potencial, no están en
competiciones mayores por ese motivo. Pero lo más agradable de la jornada, ha
sido sin duda ver como son capaces de mantener mucho tiempo su anarquía
controlada intentando una y otra vez trabajar sobre las líneas
que se les han trazado por la mañana. La llegada de los últimos rezagados han
dado un salto de calidad a la jornada de competición.
La competición en si, establecida en cuatro
grupos, está completamente desvirtuada, pero lo más importante, competir
correctamente en cada posesión, ha mejorado mucho respecto a la jornada de
ayer, a pesar del cansancio.
Mañana más y mejor
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