BÀSQUET

BÀSQUET

dilluns, 7 de novembre del 2016

EL CAMINO

De nuevo mucho tiempo sin dedicarle atención a esta plataforma y debiera hacerlo más a menudo. Descarga el disco duro natural, sin enviar experiencias a la papelera de reciclaje y por ende, al olvido. 

Que no suene a excusa, pero el cambio de club (dejé CB Calviá para ir a trabajar a C.B Colonya Pollença), trabajar un poco de pos-temporada para conocimiento del medio en el que iba a trabajar durante el curso y planificar un mínimo el trabajo en una categoría que ya había olvidado del todo como es la infantil, me ha tenido muy ocupado. 

Además me puse en la ardua tarea de revisar datos en mi hemeroteca personal de entrenamientos, para hacer un pequeño estudio que me rondaba la cabeza. 

En muchas ocasiones, cuando estamos trabajando con un equipo, sea cual sea su nivel, coincidimos con jugadores que nos sorprenden por su ética de trabajo o falta de esta, por su depurada calidad o por todo lo contrario, implicación, necesidad de liderazgo, accesión o rechazo a un rol... soliendo atribuir todas esas capacidades o limitaciones, a la profesionalidad. 

Yo creo que los planos por los que pasa un jugador, que tienen que ver con las categorías de formación (diferentes en estructuras, edades y duración según el país) y en lo que rodea al individuo fuera del deporte, repercutirá en el tipo de personalidad con la que te encuentras y el tipo de calidades actitudinales que presente el individuo. 

Pense que ya habria cumulado una muestra considerable durante mi carrera y he estado haciendo un ejercicio que me ha resultado bastante interesante. 

He estado repasando las notas que he tomado a lo largo de estas últimas temporadas (y no son pocas),
observaciones, comentarios y actuaciones o situaciones de los jugadores con los que he coincidido en los equipos que he dirigido, jugadores de todas las edades, diferentes nacionalidades y nivel social (dato muy importante este), con el fin de establecer un nexo o conexión entre los condicionantes comunes que tienen que ver, por una parte con el trabajo en grupo y por otro, con la vida fuera del deporte  (el entorno y familia), que afectan sin duda al largo proceso de formación de un jugador, para de ese modo, tratar de aprender a afrontar los diferentes “problemillas” con los que los entrenadores nos encontramos en nuestro puesto a cualquier nivel.

Ha sido un estudio fascinante, al igual que tomar conciencia de lo importante que ha sido para mi condición de entrenador y persona, haber tenido la suerte de poder trabajar en las últimas 2 temporadas y lo que va de esta, con minis, infantiles, cadetes y júnior, después de 22 inmerso en categorías senior a diferentes niveles. 

Me ha permitido tocar con las manos algunas de las causas que, en cada edad, pueden influir en la formación de los futuros jugadores y así poder ver, aunque sea mínimamente, la incidencia de estas en el proceso de formación de un jugador profesional (exactamente igual entre categorías de formación), con atención especial a las condiciones comunes de cada etapa, para que haya llegado a serlo. 

Con ello resulta más fácil entender el modo de trabajar de un jugador, su implicación y el porque de su comportamiento en el seno de un equipo y de su forma de actuar en el que es su trabajo. 

Los clubes donde han recibido esa formación, también tendrán su importancia, pero no tendría, a mi modo de ver, la condición de "causa común", ya que algunos de estos, con gran capacidad de reclutamiento, pueden permitirse una selección no natural sobre quien si y quien no está en un equipo. Comunes lo serian la edad, los compañeros de colegio, las notas, la educación en casa... 

¿Para qué? 

En la formación hay que tener muchos factores en cuenta y los entrenadores noveles, no por tener esa condición, deben gozar de una mínima excusa para no acertar en su trabajo. Seguramente, con esa información, evitarían pasar por momentos “inesperados” sin entender el origen o el motivo. 

Conocer los factores que pueden afectar a la respuesta de un jugador en cualquier momento del proceso de aprendizaje en las sesiones, tanto como futuro jugador o persona, te puede ayudar a tener la respuesta correcta en cada momento. Sin duda, el ejercicio ha hecho que, mi formación como entrenador se haya visto enriquecida. 

¿Porqué son tan moldeables los jugadores de mini? ¿Porqué es tan complicado cambiar hábitos a un jugador de primer año infantil y mucho más fácil a uno un año mayor? ¿A que se debe la facilidad de fricción con un jugador que inicia su etapa cadete o lo trabajador que es ese mismo jugador cuando llega a edad junior? ¿Qué tiene que ver con ello?... Son datos que cotejados y contrastados, nos facilitan el trabajo.  

Obviamente con este trabajo llego a “mi visión”, pues contiene dosis subjetivas y objetivas a partes iguales, las primeras propias de la observación empírica que implica la experiencia y el trato directo con el individuo en los entrenamientos, las segundas en base y fundamentadas en las informaciones recibidas por otros formadores y el modo de trabajar de estos, pero además añadiendo mi visión personal como entrenador-formador, que es en lo que ahora ando metido. 

Eso si, lamento tener que aceptar que solo tengo una opinión formada del baloncesto masculino, puesto que en mi larga trayectoria, cuento solo con un corto periodo de un mes de duración, en el baloncesto senior femenino, en cuanto a trabajo con un equipo para la competición, experiencia que intentaré repetir y prolongar en el futuro, puesto que fue muy agradable y enriquecedora.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada