JASP

Momentos antes del segundo de los derbis que hemos tenido este mes de marzo y que, dicho sea de paso, nada ha tenido que ver con el de la semana pasada a nivel mediático y de declaraciones cruzadas entre “fans”, me ha llamado mi amigo Federico Marotta para hablar unos minutos en directo en su programa de radio Calvià “Perfiles” y comentar el momento en que se encuentra el equipo, además de preguntarme sobre otros temas que indirectamente tiene que ver con el baloncesto balear, aunque no tanto de las competiciones locales.

Uno de estos temas fue “¿Qué opinas del efecto Abrines?”. Después de contestarle de forma escueta por el poco tiempo del que disponía, me dirigí al vestuario para preparar al partido. Después con tiempo y reflexionando fríamente en el tema del jugador de Unicaja he recordado algo, al margen del affaire que ocupa a los malagueños con La Salle de Palma (club de formación de Alex), que creo que sí vale la pena comentar.

El pasado miércoles salió publicado en un medio escrito de gran tirada en las Islas, algo así como “Mallorca seduce a la NBA”. Sastre, Tomás y Abrines entre los futuribles de la mejor liga del planeta, según los pronósticos del draft. Alex Abrines, el bravísimo jugador formado en La Salle, hijo del ex ACB Gabriel Abrines, habia conseguido en su último partido con su actual equipo, Unicaja Málaga, 31 puntos en un partido magnífico por parte del escolta mallorquín. Joan Sastre ha jugado en 9 de las 25 jornadas esta temporada, por una lesión que le ha tenido en dique seco y Joan Tomàs está jugando en el Prat Joventut de LEB Plata una media de 23 minutos. Hay que añadir el palmarés que tienen todos con las distintas selecciones de formación.

Creo que los tres serán grandes jugadores, al menos confío en ello. Pero de ahí a que la NBA, ahora, esté seducida por ellos, pues me parece que es exagerado. Cada vez más, entiendo el porqué del enfado de Aito García Reneses, cuando oía comentarios respecto a que uno de sus jóvenes jugadores pudiera ir a la liga estadounidense. A ver, yo creo que la publicación es un medio de solvencia contrastada, pero el artículo… Por ahora no pueden compararse con otros casos precoces como el de Rudy Fernández o Ricky Rubio, teniéndo en cuenta además que estos ya contaban con una carrera sólida en ACB y la mejora que tendrán que experimentar a todos los niveles, es muy importante como para pensar que esta se dará en 2 o 3 temporadas.

Espero que todos cuenten con buenos asesores, empezando pos sus padres y no tengan prisa, por muy bonito que pueda parecer, por entrar en la lotería del draft de la NBA. Todos los jugadores de las mejores ligas europeas, que por calidad destacan en sus competiciones, tienen un sitio asegurado en ese draft una temporada o la siguiente, pero creo que quemar etapas sin que estas estén maduradas, solo produce humo.

Después de Fernando Martín (epd) bastantes han sido los jugadores españoles que han desembarcado en la mejor liga del mundo y no tantos los que pueden decir que han tenido una gran carrera allí. Pau Gasol y José Manuel Calderón son quizás los únicos que, de momento, pueden vanagloriarse de ello. El primero con 11 temporadas ya a sus espaldas y el segundo con 7, pueden considerarse carreras consolidadas, pero no conviene confundir estas con buenas actuaciones como las que tuvieron Raül López, Jorge Garbajosa o Juan Carlos Navarro, o incluso con el horizonte hacia el que apunta la carrera de Marc Gasol, después de haber renovado con la franquicia de Memphis Grizzlies al mismo nivel contractual que una estrella de la liga.

Todos somos conscientes del poder que tiene la prensa, pero a la vez del daño que puede hacer si, lo que se publica, no se gestiona bien por ellos mismos y por quienes les rodean. Mas allá del deseo que pueda existir por que un día pueda darse la posibilidad de que alguno de ellos pudiera dar el salto a la NBA, son solo niños con un margen de mejora muy grande, tanto, que plantearse otra cosa que no sea crecer en la competición doméstica en la que participan actualmente, se me antoja precipitado y una equivocación con un final fatal para ellos.