VALOR SUPUESTO

Un gran entrenador al que he tenido mucho respeto a pesar de no gustarme el baloncesto que practicaba, Božidar Maljković, dijo una vez: “las estadísticas son como los bikinis, muestran mucho pero no enseñan lo más importante” (esto lo ha dicho más gente cambiando la frase pero no lo esencial del contenido de esta).

Cuanta verdad reúnen estas palabras. Lo digo con conocimiento de causa. He tenido el placer de entrenar a jugadores más o menos importantes en el panorama FEB, capaces de completar partidazos sin tener una gran valoración. Sin ir más lejos, la temporada pasada, en el partido de ida de la eliminatoria final que jugamos como visitantes contra Meridiano Tenerife, dos jugadores fueron definitivos en la victoria y como consecuencia de ello del segundo ascenso a Plata que finalmente se consumó. Entre el 4 y el 15 de esa plantilla, en 30’04” sumaron la friolera de “0”puntos y “4” de valoración.

Sin su trabajo defensivo sobre la gran referencia ofensiva interior de los tinerfeños, sin su trabajo duro en ataque para bloquear a los tiradores y a los bases para crear ventajas y sin sus ayudas defensivas poniendo a disposición del equipo su trabajo desinteresado, ahora no estaríamos compitiendo en categoría Adecco Plata.  ¿Dónde está el apartado de las estadísticas donde se apunta eso? ¿Cuánto valora cada minuto de trabajo de este tipo?

Hay que estar hecho de una pasta especial para ser capaz de no “valorar” en un partido y mantener la concentración para hacer perfectamente el trabajo encomendado y sin duda necesario para una gran victoria. Aquella que significa un ascenso, lo es. Solo aquellos que no son ávidos de protagonismo lo consiguen y solo ellos tienen el respeto de quienes conocemos y amamos realmente este deporte.

Además hay cosas que no se entrenan. Hay aspectos intrínsecos al carácter o las aptitudes del jugador y “hay de aquel, que confeccione una plantilla sin esa figura”. Las posibilidades de éxito se quedan disminuidas a la mitad.

Para terminar citaré lo que dice un gran amigo, que siempre me da “Estopa” y que gracias a ella, sin ninguna duda he aprendido a valorar ciertas cosas: Las estadísticas dicen, que si yo tengo un pan y tú no tienes ninguno, tenemos medio cada uno, pero el pan lo tengo yo.