¿Por qué soledad? Principalmente por ser la situación natural del
entrenador durante la temporada y sobre todo cuando las cosas no funcionan de
lo mejor a nivel de resultados, como es el caso. Leyendo algunos artículos de
opinión de otros entrenadores, cuyos blogs son lectura de cabecera de este,
puedo comprobar que no estoy equivocado al aseverar que cuando vienen mal dadas
todos esperan la decisión del entrenador. Hay que tener en cuenta además, que
la consulta es considerada una señal de debilidad, por lo tanto la palabra
“soledad” no la uso en sentido peyorativo, sino objetivamente.
¿Por qué feliz? Porque voy tomando esas decisiones sin que me tiemble el
pulso, sabiendo que estoy haciendo bien, no por el contenido de la decisión
tomada, sino precisamente por hacerlo. Ha sido siempre una de mis máximas y he
tratado siempre de transmitir a los jugadores, que es una mayor equivocación no
tomar ninguna decisión que tomar una equivocada. El miedo a perder o a
equivocarse será siempre más grave, que mirar como es de hondo el río, con
los dos pies. En el segundo de los supuestos, siempre te quedará nadar.
En cualquier caso serán necesarias dos cosas: poder hacerlo y ser íntegro.
Sin una no puedes tener la otra. La primera es obligada, la segunda, si no se
tiene hay que buscarla. Yo cuento con la confianza de quien toca y con eso es
suficiente.
Por eso, mi estado es “Feliz Soledad”. Me hace sentir vivo. Un gran aprendizaje,
una gran experiencia. Todos los entrenadores, incluso los mejores tienen que
enfrentarse a la soledad. Imagina cuando sea bueno…, de hecho es una
condición sine qua non. La capacidad de sobrellevar esa soledad distingue a
aquellos que son capaces de entrenar de los que no (Xavi García).
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