Incurrir en el pecado del silencio cuando se debería protestar, hace
cómplices y cobardes a los hombres (Zhou Enlai)
Hace ahora algo más de tres años, nació este blog con el fin de compartir mi
vida relacionada con el baloncesto, con conocidos, amigos y por supuesto con
todos aquellos interesados en hacerlo, sin mas intención que la de poner negro
sobre blanco aquello que pensaba, opinaba o simplemente era importante para mi.
Vamos, lo que se puede compartir. Los últimos acontecimientos hacen que vaya a
dejarlo aparcado hasta una mejor ocasión, ya que cambiar la orientación del
contenido de este, ahora mismo no se me antoja una opción. No estoy seguro de
poder hacerlo.
Durante esta semana, han ocurrido muchas cosas por primera vez desde hace
31 años. La edad de las personas, suele relacionarse directamente con la experiencia
de esta, pero en mi caso, voy a tener que aprender y habituarme a situaciones,
sensaciones, estados de ánimo, ubicación y otras tantas que, obviamente sin
tenerlas superadas, no formaban parte del planteamiento de mi futuro a
corto-medio plazo. No se estar como estoy y no me queda más remedio que
aprender.
Ha sido una semana muy larga. Simplemente no pasaba. Es bien cierto que un
minuto tiene algo más de
sesenta segundos, si necesitas llegar a lo que hay
después. La gente que tengo cerca, la que no tanto pero se ha acercado y la que
creía lejos y resulta que estaba ahí mismo, me ha ayudado mucho a acortarla.
Una llamada, un mensaje, un correo, han resultado ciertamente vitales. Ahora me
queda por delante un gran trabajo de correspondencia con todos ellos. Espero
que este tiempo de aprendizaje sea suficiente.
Como no podía ser de otro modo, ciertos vínculos siguen vivos y en mi hoja
de ruta está subrayado en rojo mantenerlos sólidos. Tengo muchos abrazos que
dar y tal vez no sea necesario que respondan a una victoria.
Antes, cogeré aire y vomitaré un gran grito y lo que vaya detrás de él. Debo
vaciarme de lo que me duele, para empezar a sanar las heridas y evitar marcas.
A partir de ahí, aprender a vivir a los 47, a andar, a hablar, a pensar, al menos
mientras me subo de nuevo a la línea sobre la que sé caminar.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada