Releyendo las notas tomadas estos días y pasando a limpio algunas de las
ideas que les pude escuchar tanto a Natxo en Palencia, como a Ricard y Antonio
Pérez en Valladolid o a Aito y Diego en Sevilla o redibujando sobre una zona en un papel, el
boceto de un movimiento en ataque “robado” a estos auténticos maestros del juego,
me doy cuenta de lo importante y provechoso que ha resultado este mes de
febrero. Del objetivo de auto instrucción mediante la observación para la
mejora, de momento estoy muy satisfecho.
Estos días he estando viendo entrenar a Cajasol de Sevilla. Gracias al
contacto de Ángel Molinero, un amigo entrenador del CTIB al que tuve el placer
de tener como acompañante en esta experiencia, pude disfrutar de una serie de
sesiones con el “maestro” Aito y sus ayudantes. De justicia es mencionar a
estos, primero para recalcar la importancia que tienen y segundo por haber sido una parte del trabajo objeto de mi interés, practicamente a la misma altura que el método de trabajo, métrica de
las sesiones, ejercicios varios dirigidos a diferentes cualidades que incluir en el book o la
dirección de partido, puesto que, por muy bueno que seas en tu puesto de
entrenador jefe, siempre serás mejor con unos buenos ayudantes. Todo lo
adquirido ha incidido satisfactoriamente en mi formación.
También lo han hecho y en gran medida, las largas conversaciones con Ángel
sobre baloncesto de formación, sin duda enriquecedoras, porque vienen a
desvelar el origen de los errores que se cometen en el baloncesto de “mayores”,
cuando no se llega arriba con una buena escuela, disciplina y hábitos.
Pero comentaba antes que en estas dos salidas, aparte de los aspectos técnicos y tácticos que gustan de trabajara cada uno de ellos, porcentaje de dedicación a cada cualidad, confección de los entrenamientos y planificación de las semanas, he prestado una especial atención al
trabajo que los ayudantes, segundos ayudantes, delegados y preparadores
físicos, hacen en sus equipos. Teniendo en cuenta que hasta el momento la muestra no tiene
desperdicio: Natxo, al frente de un equipo llamado al ascenso a la liga ACB,
como es Palencia baloncesto, Ricard Casas, entrenador de un equipo defenestrado
por sus propios directivos en la liga ACB, pero entrenador referente en el baloncesto
nacional y Aito Garcia Reneses, al que por supuesto no voy a descubrir yo aquí, lo observado no solo puede, sinó que debe tenerse en cuenta.
Dos equipos ACB y un LEB ORO de primera línea, pero entre los que los criterios
al respecto, son bastante diferenciados.
Durante las sesiones, los diferentes miembros del staff técnico,
desarrollan en general varias funciones. Todas ellas importantísimas para el
correcto funcionamiento, ya no solo de la semana y de las sesiones que la componen, sino de toda la dinámica del
equipo durante toda la temporada, siempre en función de la regularidad y efectividad en su ejecución, pero
estas difieren según el espacio ofrecido por el entrenador. Alguno me comentaba
que, curiosamente y a pesar del reconocimiento que tienen o han tenido en
España y en Europa, los entrenadores con escuela de la antigua Yugoslavia, son
entrenadores que no gustan de dar espacio a sus ayudantes. Así los “prepas” suelen dedicarse
únicamente a dirigir los calentamientos de las sesiones y de los partidos, además del
trabajo de pesas en el gimnasio, los ayudantes en general traducen las
instrucciones del entrenador jefe a los extranjeros y los delegados toman notas
de los conocidos aspectos estadísticos, en las sesiones y en los partidos. Poca
cosa más.
Para los entrenadores con los que he estado durante este mes, el espacio
del “prepa” en la planificación de la temporada, semanas y sesiones, en lo que
a carga y descanso se refiere, es sustancialmente distinta, no solo respecto al modo de como se
supone que trabajan los entrenadores de la antigua Yugoslavia, sino entre
ellos mismos. Para algunos, los períodos mencionados son el espacio del preparador
físico y el contenido de las sesiones, son el espacio del entrenador, pero para
otros no.
El ayudante, mano derecha del entrenador, además de ser el encargado
normalmente de las tareas de scouting, tiene una función muy específica, pero
en este caso, creo por experiencia y por observación empírica con la
muestra mencionada, que el espacio se lo crea él mismo, siempre que ese espacio
no se vea acotado intencionadamente por el primer entrenador. Así pues, el
"entrenador" que se encarga entre otras cosas del estudio del equipo rival, debe por tanto ser el encargado de transmitir
al equipo los conocimientos adquiridos a través de ese estudio, directamente y
no por boca ajena.
Es precisamente en estos dos casos, donde mas diferencias he notado
respecto de como lo hacen algunos, (con otros hay plena coincidencia) a como
creo yo que debe ser y lógicamente como lo he hecho en mis equipos, sin olvidar
el aprendizaje adquirido que sin duda ha mejorado mi perspectiva. Después de
todo, hay una cualidad necesaria en todos ellos que será mayor o menor:
Aptitud. Ya tengo previstas otras salidas para ir a ver trabajar a otros entrenadores
y aprovechar este tiempo de asueto para seguir aprendiendo y dudo, sin riesgo a
equivocarme, que algun cuerpo técnico pueda crearme dudas o envidias respecto a las
funciónes de los que me rodearon hasta hace unos meses, ni por capacidad, ni por
rendimiento ni por espacio en sus cometidos, lo cual reconozco me alegra mucho. En primer lugar porque siempre he mantenido con orgullo estar rodeado de
los mejores y en segundo lugar por la satisfacción que representa saber que estoy en el camino
correcto, a pesar de todo y dadas las circunstancias.
No puedo cerrar el post sin agradecer a Joan Sastre y a Elena el modo en
que me acogieron en su ciudad, su casa y muy especialmente a Curro por el
trato y los cuidados prestados tanto a Ángel como a mí, persona sin duda
imprescindible en el buen funcionamiento del engranaje de cualquier club, en este caso ACB.
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