Hace no demasiados días, mi familia y yo hemos vuelto de un viaje a New
York. No, no, no tengo la intención de contarlo aquí, no. Las visitas, las
impresiones, la gastronomía e incluso las fotos que podría compartir en este
artículo, coincidiría plenamente con el de cualquier persona que haya estado
allí.
Eso si, quisiera añadir a todos esos tópicos de los viajes a NY que, si en
detrimento de alcanzar el objetivo de visitar si o si todos los ítems, se
invierte el tiempo suficiente en vivir un poco la ciudad, estando sobre la
hierba de Central Park y observar como los neoyorquinos juegan con una
habilidad espectacular al frisbee, o se lanzan una pelota de baseball, demuestran
sus habilidades con los patines en línea o el street dance , o simplemente sentándote en una escalera a la salida de un museo,
para escuchar como un grupo de veteranos canta blues “acapella”, mientras
degustas un clásico “Chicken
over rise”, junto a todas las
razas y nacionalidades que se mezclan en esta enorme coctelera mundial, consigues
completar una gran visita a esta espectacular ciudad, que te enganche y te cale.
Pero no, lo que quiero compartir son dos visitas muy
especiales.
Un gran amigo al que no tenia por lector, hace unos meses me regaló un
libro. De entrada por supuesto lo acepté, pero debo confesar que sin demasiado interés en su
lectura. Pero por diversas circunstancias, el viaje de ida desde Palma a NY con
escala en Madrid, se convirtió en una gran ocasión para abordarlo y así lo
hice. El capitulo 4 de ese libro hizo que me surgiera la inquietud por conocer
un lugar del que había oído hablar vagamente y que inicialmente, en cuanto a interesante, para nada
estaba a la altura del Empire State o el Top of the Rocks. Tenia que aprovechar que estaríamos en Harlem para conocer el Holcombe Rucker Park.
La visita a Rucker Park fue especial. Puede que parezca una excesiva
licencia para un primerizo de NY, por representar la variedad en el
álbum de fotos oficiales de la primera estancia en la ciudad, pero la excursión programada a Harlem ayudaba mucho.
El lugar lo hemos visto todos en el cine, pero en directo tiene una luz
especial. Me dejó boquiabierto el
marcador de una pista exterior, aunque sea
esta. Hay muchas, pero muchas y grandes pistas polideportivas de todo el
territorio nacional en nuestro pais, que no tienen un marcador tan grande y completo.
Sin ser accidentada (NY ha cambiado
mucho en temas de seguridad desde la gestión de Rudolph Giuliani), resultó algo
agitada. Estábamos compartiendo una canasta y un balón con sus propietarios,
cuando accedió al recinto una señora que, a base de improperios, muy fáciles de
entender a pesar del acentuado inglés, hizo que poco a poco decidiéramos
considerar la opción de marcharnos.
Ese corto espacio de tiempo fue suficiente para notar el olor a “gran
espectáculo” y la fuerza que tiene un “gran lugar”. Nohay nada que se parezca al ruido del bote de un
Wilson sobre el cemento de Rucker, nada.
A pocas fechas de iniciar el viaje hacia los EE.UU, me puse en contacto con
la Universidad
de Columbia. Me habían aconsejado que contactara con varias, pero en la ciudad
de NY solo los Columbia Lions participan en la
NCAA 1, concretamente en la
Ivy League (la liga de la yedra)
El nombre se debe a que en los muros de estilo británico de las 8
universidades participantes, cuelga esta planta trepadora. Brown, Pensilvania,
Yale, Harvard, Cornell, Princeton y Darmuth son las otras 7 universidades
privadas que componen el grupo de la elitista Ivy.
No tiene demasiada repercusión en la
NBA, tan solo 5 jugadores han salido ella, siendo Jim
Macmillian el último en hacerlo. Los ex presidentes Franklin y Theodore
Roosevelt asi como el actual, Barack Obama, fueron alumnos notables de Columbia.
Mike Magbayo, director de operaciones de baloncesto y reclutamiento,
contesto a mi contacto, invitándome generosamente a asistir a los
entrenamientos de postemporada que realizaba el equipo. La visita al centro de
operaciones de los Columbia Lions, fue excitante. Una entrevista con el coach
Kyle Smith y su asistente Kevin Hovde, en la que me explicaron como funcionaban
en esta post temporada, así como la visita al lugar de entrenamientos donde
trabajan con lo que queda de plantilla (puesto 130 del ranking NCAA 1 2013-14,
por segunda temporada consecutiva), me hizo conocer por dentro, como es uno de
los equipos de, posiblemente, la competición mas seguida del mundo.
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