BÀSQUET

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dimarts, 30 de juny del 2015

BASKET SUMMER CAMP CEUTA

Una nueva aventura, con el baloncesto de fondo, emprendí de nuevo junto a Eloy Doce el pasado día 21. Jorge y Borja Molinary, organizadores del Basket Summer Camp de Ceuta, nos invitaron a su 6ª edición, por la recomendación de Christian Crudeli, al que nunca le agradeceré bastante el gesto. Resultaría ser el más numeroso de todas las ediciones con 155 inscritos. Todo un record para la organización.

Un viaje que complementaria todos los medios salvo el tren, nos ponía en Ceuta cerca de las 3 de la tarde check in, Christian, exhausto por el viaje y renunciando al paseo. La semana iba a ser larga.
del domingo 21. Borja y Maca nos recogieron en el Parador La Muralla, donde íbamos a estar alojados, para llevarnos a comer y de paso conocer un poco la ciudad donde íbamos a pasar una semana intensa de baloncesto. De regreso al hotel un pequeño  descanso y un algo de turismo por la zona, coincidiendo con la llegada de la tercera pieza del tridente foráneo. Al bajar de las habitaciones estaba realizando el

La primera cena en el parador La Muralla, iba a marcar un antes y un después en la estancia. Un inicio mejor, es impensable. Sin el descubrimiento que hicimos en las primeras elecciones de la carta que ofrecía el comedor, no hubiera sido lo mismo. Seguro que nunca olvidaremos esa primera comanda. Cena y a descansar. A las 8’30 citados para desayunar y a empezar.

Las 9’30 era la hora de la convocatoria de la mañana. La coordinación de las pistas en las que íbamos a desarrollar la sesión, el reparto de grupos de la mañana i las competiciones diarias que había preparadas, formaban el orden del día de la reunión matinal. Al mando de ella: Borja Molinary. Los entrenamientos a las 10’00.
Me designaron como head Coach del grupo Mini. Un grupo muy entrenable, disciplinado y con mucha
hambre de baloncesto en todos los miembros que lo formaban, incluso en aquellos y aquellas en los que el Basket Summer Camp, representaba el primer contacto con el Baloncesto. Si uno de ell@s decide continuar practicándolo, será sin duda motivo de orgullo.

Tanto Eloy como Christian y yo, hemos pasado por todos los grupos de edades, pero tengo que decir que me siento muy feliz de haber trabajado con el grupo mini, así como con Tamara y Alex, dos grandes ayudantes que me pusieron las cosas muy fáciles e hicieron que las sesiones funcionaran a la perfección, estando muy atentos a las necesidades de l@s jugador@s. Un enorme placer compartir baloncesto con ellos.

La merienda a las 11’3 y después vuelta al trabajo. La entrega de premios de las competiciones diarias, así como algún premio especial a los más pequeños, confeccionados a mano por las propias monitoras del grupo, a las 13’45. A las 14’00 descanso.

Consistía básicamente en un baño en las piscina del Hotel, comer de forma compulsiva repitiendo alguno de los platos y una pequeña siesta. A las 17’15 reunión en el hall i de nuevo al trabajo con cambio de centro de operaciones. Sesión técnico táctica de 1’30 minutos y competiciones diarias. Este fue el programa de la semana.

La tarde solo era para los dos grupos de más edad, el mini y el infaltil-cadete, con lo que cerraban la tarde a
las 20’00 con un trabajo diario de 6 horas que, lógicamente, incidió en la mejora de todos ellos. Como entrenador siempre piensas que con un par de horas más, con un par de días más… enfermo que esta uno!!!

Pasear por la ciudad de camino al hotel, parar en la plaza de los Reyes para tomar un refresco o un cerveza y conversar sobre… baloncesto, cerraba la jornada de trabajo. Llegada al hotel ducha, cena y a dormir. En esta primera jornada fuimos recogidos por Jorge para ir a las instalaciones. A partir de ahí, todo sería diferente.

Ceuta no es precisamente una ciudad…digamos…llana. El paseo hasta la instalación de la mañana resultaba incluso agradable, bordeando la bahía y subiendo hasta el centro donde se desarrollaba la mañana. La tarde resultaría diferente. El último tramo hasta el pabellón era una tortura para las piernas. Algunos pensaran que quien peor lo pasó fue Coach Crudeli, por el material gráfico que hay sobre ello, pero no… No fue fácil para ninguno. Eso sí, tengo que reconocer que fue muy agradable. Cualquier motivo es bueno para pasar un buen rato y con gente como Eloy y Christian, el paseo por las cuestas de Ceuta, pasaba en un plis plas. Eso si: Estirar ayuda a sobrellevarlo y cierto es que cada uno estira a su manera. Nada más al respecto.
Había que tener tiempo para dedicárselo a la ciudad y a los compañeros, así es que el martes 23, noche de San Juan, lo pasamos junto a parte del equipo técnico del campus en una magnífica terraza sobre la playa este de Ceuta, disfrutando de la compañía y de los fuegos artificiales.

El miércoles fue el día que la organización eligió para invitarnos a una cena típica de Ramadan. Fatna cocinó para nosotros (parece ser que el chef no pudo hacerlo)  y justo después del cántico de las 20’41 empezaba la cena con un pequeño vaso de leche y 3 dátiles. A partir de ahí toda una retahíla de manjares preparados por nuestra anfitriona, que contribuyó al acercamiento a ciertas  costumbres. Estuvo todo buenísimo muchas gracias Jorge y Fatna.

El Cielo era otro de los lugares que nos faltaba conocer y para ello dejamos la noche del jueves. Un lugar
muy agradable donde tomar algo en buena compañía, Ali, Isabel, Alejandro, Semah, Borja, Maca, Tamara y Popy hicieron de anfitriones en la agradable velada.

Para finalizar el viernes cena de despedida. En uno de los restaurantes de la muralla, nos reunimos a manteles todos. El fin era pasar las últimas horas de la estancia en Ceuta con el grupo de gente con el que habíamos compartido tanto baloncesto, en un marco incomparable y para hablar de otras cosas…entre conversación y conversación de básquet. El centro de todo comentario, demostraba las inquietudes que comparten todos ellos, acerca de cómo mejorar el baloncesto allí. Es gente a la que le gusta este deporte aunque las realidades con las que conviven, tal vez no les deja colmar el disfrute que sin duda merecen. Son luchadores y trabajaran incansablemente para ello. No sé donde llegarán, pero si el empeño que pondrán.
La parte final de la velada, deja un montón de recuerdos a todos (van rodando por ahí, alguno de los videos y fotos que se tomaron) pero… eso me lo guardo para mí, como si de una charla de vestuario se tratara. A Manuel, mi compañero en la mesa, la mejor de las suertes en todo lo que emprendas y cuida a ese brillante en bruto que tienes en casa.

Al resto de compañeros, muchísimas gracias por todo. El baloncesto nunca permitirá que deje de ser entrenador, sobre todo si pone en mi camino a gente como vosotros continuamente.


Espero que nos encontremos pronto de nuevo. Rememorar esta semana resultaría genial.

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