Después de algunos meses de tener esta plataforma parada, finalizado el verano llega el momento de volver a empezar una nueva temporada. Ha sido un largo verano. Toda vez que algunas de las opciones interesantes que me surgieron para salir a hacer baloncesto fuera de España, finalmente no se concretaron, convine con el Club Baloncesto Calviá, renovar mi compromiso por una nueva temporada, como entrenador del equipo junior masculino y además para realizar un trabajo de tecnificación con el resto de equipos del club. La desazón por no haber encontrado acomodo en un proyecto profesional aun habiendo tenido varios tan cerca, se convertia en una nueva ilusión teniendo en cuenta el grupo de jugadores con el que se iba a contar y como se presentaba la competición. Era principios de agosto. Pero...
“Los entrenadores siempre debemos ser capaces de encontrar la motivación en todo aquello que hacemos” (Natxo Lezcano)
La verdad es que, en los últimos tiempos he tenido que recurrir a estas sabias palabras de un amigo, en varias ocasiones. No ha sido fácil encajar algunas cosas en este principio de temporada, pero gracias a ellas, re-enfocar después de una decepción, está siendo más llevadero.
Para poner en situación: a 20 de Agosto la Federación Comarcal decide que, para jugar en el grupo especial de junior masculino (el único grupo que tiene acceso a competir para el campeonato de Mallorca y siguientes), hay que jugar una fase de clasificación con otros 15 equipos, con fecha de inicio el 5 de septiembre y de los que solo 4 tendrán acceso al grupo de élite (los 4 primeros clasificados de Mallorca de la temporada pasada, están clasificados directamente). Todo ello, claro está, sin pre-temporada, sin tiempo para conocer al equipo, sin tiempo para completarlo, con jugadores que están y no formaran parte del equipo, con jugadores que no están y que si serán parte de él y un largo etcétera de inconvenientes. Así pues, comenzamos a degüello para decidir los objetivos que teóricamente deben plantearse para Mayo. En 10 días sabremos si puede ser una temporada productiva e interesante o si no tanto. Si el grupo (que no equipo) funciona, perfecto, sino... puedes trabajar para que funcione, pero defenestrados en el grupo preferente.
Evidentemente no estoy etiquetando a ningún equipo de los que también vayan a compartir competición con nosotros, pero los objetivos del club eran unos, ni mejores ni peores que los de otros, sino todo lo contrario. Y no es mi estilo escudarme en excusas que no tengan que ver estrictamente con el juego.
Ya estamos aquí. 14 de septiembre y todo aquello que, junto a la dirección técnica del club, te habías planteado respecto a algunos jugadores y al trabajo a realizar para el crecimiento de estos, no te sirve como estaba. Hay que replantearse algunas cosas. Entre ellas la nueva motivación que, como entrenador, debes encontrar en lo que se presenta.
En cualquier caso creo que quedar fuera de toda opción de jugar esta temporada con los mejores, resulta para los jugadores un gran aprendizaje. No en vano, en muchas ocasiones, no solo en el marco de un partido, sino en situaciones de la vida, hay solo una oportunidad de lograr lo que buscas, incluso de forma precipitada y si no compites bien por ello, posiblemente te quedes a las puertas de tus expectativas. Como entrenador compruebas una vez más, que la mediocridad no es cuestión de aptitudes, sino de actitudes. No es mediocre quien no consigue ganar un partido, sino quien no hace todo lo posible para ello.
Por otro lado, con un grupo nuevo, el trabajo en hábitos de entrenamiento, intentar inculcar cultura del esfuerzo, enseñar a fraccionar el partido en posesiones, para una adecuada estructura de la competición y que esta no vaya en función del marcador, por ejemplo, es de vital importancia para el correcto desarrollo de los jugadores. Sin esos hábitos un buen equipo es mediocre.
En esto estamos, intentando que ellos vayan adquiriendo lo necesario para ser mejores jugadores, lo necesario para trabajar mejor en los entrenamientos alejandose de la zona de confort en los ejercicios de las sesiones y poco a poco ir construyendo un juego en equipo que haga sentir bien sobre todo a ellos, que son los que lo practican.
Como entrenador, seguiremos buscando la excelencia de este grupo, empezando por alejarles de la mediocridad actitudinal que ahora mismo presentan. Los objetivos han cambiado. No son mejores ni peores que los de antes, sino todo lo contrario. Haberlos hay los y tienen un entrenador para mostrarles el camino. Soy yo.
La verdad es que, en los últimos tiempos he tenido que recurrir a estas sabias palabras de un amigo, en varias ocasiones. No ha sido fácil encajar algunas cosas en este principio de temporada, pero gracias a ellas, re-enfocar después de una decepción, está siendo más llevadero.
Para poner en situación: a 20 de Agosto la Federación Comarcal decide que, para jugar en el grupo especial de junior masculino (el único grupo que tiene acceso a competir para el campeonato de Mallorca y siguientes), hay que jugar una fase de clasificación con otros 15 equipos, con fecha de inicio el 5 de septiembre y de los que solo 4 tendrán acceso al grupo de élite (los 4 primeros clasificados de Mallorca de la temporada pasada, están clasificados directamente). Todo ello, claro está, sin pre-temporada, sin tiempo para conocer al equipo, sin tiempo para completarlo, con jugadores que están y no formaran parte del equipo, con jugadores que no están y que si serán parte de él y un largo etcétera de inconvenientes. Así pues, comenzamos a degüello para decidir los objetivos que teóricamente deben plantearse para Mayo. En 10 días sabremos si puede ser una temporada productiva e interesante o si no tanto. Si el grupo (que no equipo) funciona, perfecto, sino... puedes trabajar para que funcione, pero defenestrados en el grupo preferente.Evidentemente no estoy etiquetando a ningún equipo de los que también vayan a compartir competición con nosotros, pero los objetivos del club eran unos, ni mejores ni peores que los de otros, sino todo lo contrario. Y no es mi estilo escudarme en excusas que no tengan que ver estrictamente con el juego.
Ya estamos aquí. 14 de septiembre y todo aquello que, junto a la dirección técnica del club, te habías planteado respecto a algunos jugadores y al trabajo a realizar para el crecimiento de estos, no te sirve como estaba. Hay que replantearse algunas cosas. Entre ellas la nueva motivación que, como entrenador, debes encontrar en lo que se presenta.
En cualquier caso creo que quedar fuera de toda opción de jugar esta temporada con los mejores, resulta para los jugadores un gran aprendizaje. No en vano, en muchas ocasiones, no solo en el marco de un partido, sino en situaciones de la vida, hay solo una oportunidad de lograr lo que buscas, incluso de forma precipitada y si no compites bien por ello, posiblemente te quedes a las puertas de tus expectativas. Como entrenador compruebas una vez más, que la mediocridad no es cuestión de aptitudes, sino de actitudes. No es mediocre quien no consigue ganar un partido, sino quien no hace todo lo posible para ello.
Por otro lado, con un grupo nuevo, el trabajo en hábitos de entrenamiento, intentar inculcar cultura del esfuerzo, enseñar a fraccionar el partido en posesiones, para una adecuada estructura de la competición y que esta no vaya en función del marcador, por ejemplo, es de vital importancia para el correcto desarrollo de los jugadores. Sin esos hábitos un buen equipo es mediocre.
En esto estamos, intentando que ellos vayan adquiriendo lo necesario para ser mejores jugadores, lo necesario para trabajar mejor en los entrenamientos alejandose de la zona de confort en los ejercicios de las sesiones y poco a poco ir construyendo un juego en equipo que haga sentir bien sobre todo a ellos, que son los que lo practican.
Como entrenador, seguiremos buscando la excelencia de este grupo, empezando por alejarles de la mediocridad actitudinal que ahora mismo presentan. Los objetivos han cambiado. No son mejores ni peores que los de antes, sino todo lo contrario. Haberlos hay los y tienen un entrenador para mostrarles el camino. Soy yo.
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